— Mark Zuckerberg (@finkd) July 6, 2023
El 6 de Julio, Meta lanzó Threads, una nueva red social que busca tener mayor alcance y ser más robusta que Twitter. En tan sólo 18 horas luego de su lanzamiento, la red registró un total de 30 millones de usuarios.
Por Betiana Vargas
Dicen que la historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa. El 6 de Julio, Meta lanzó Threads, una nueva red social que busca tener mayor alcance y ser más robusta que Twitter. En tan sólo 18 horas luego de su lanzamiento, la red registró un total de 30 millones de usuarios.
Una copia fiel
Threads, también conocida como el “Twitter de Instagram”, es una plataforma de circulación de contenido que privilegia las publicaciones breves y el seguimiento de contenido en tiempo real. Los posteos de Threads tienen un límite de 500 caracteres y pueden incluir enlaces, fotos y videos de hasta 5 minutos de duración.
Aunque más rudimentaria, Threads es una copia fiel de Twitter. Con una interfaz simple, sin ruido visual, ni sobreestímulos, dispone de la misma marca azul para cuentas verificadas. Aún no tiene búsqueda de tendencias; tampoco se sabe bien si el contenido aspiracionista que Instagram fomenta, será bienvenido en esta red.
Por el momento, Threads dice buscar la disminución de la toxicidad, desinformación y discursos del odio. Un objetivo bastante ambicioso frente al malestar de la crisis sistémica actual; y a sabiendas que Facebook e Instagram ya han tenido sus propias polémicas frente a este tema.
Ahora bien, a pesar de que Threads es independiente y sus usuarios pueden iniciar sesión desde sus cuentas de Instagram, lo que todavía no es tan conocido es el hecho de que, si se quiere eliminar la cuenta de Threads, primero debe eliminarse la de Instagram. Este aspecto puede traer problemas para influencers, emprendedores y el conjunto de usuarios que producen contenido en la red.
Por otro lado, en cuanto a las relaciones técnicas y sus aspiraciones a futuro, la mayor promesa de Threads es la de no ser una red social centralizada, es decir, estaría buscando que su contenido no este almacenado en servidores de una única instancia, como es el caso de Twitter o Instagram, y logre consolidar lo que Meta llama el “fediverso”, un concepto tecnológico que permite que los datos y los usuarios de diferentes plataformas de medios sociales se comuniquen entre sí.
¿Qué significa esto? Tomemos el ejemplo del correo electrónico. Para empezar a comunicarnos por este medio, hay que elegir un servidor y, para ello, se elige una plataforma como Gmail, Outlook, Yahoo u otras; se crea una cuenta y se comienza a utilizar, independientemente del servidor en el que se registre la cuenta. De esta manera, los usuarios pueden comunicarse con otros usuarios de cualquier otro servidor, es decir, usuarios de Gmail pueden enviar correos electrónicos a los de Outlook, y viceversa.
Threads será compatible con ActivityPub, un protocolo abierto de redes sociales creado por el World Wide Web Consortium (W3C), organización internacional que desarrolla estándares abiertos para Internet. Esta integración permitirá que sea interoperable con otras aplicaciones que también sean compatibles, como es el caso de WordPress y Mastodon.
De esta manera, los usuarios de Threads podrán interactuar con la mayoría de instancias descentralizadas, siempre y cuando sus servidores no sean bloqueados por otros por alguna razón.
La Unión Europea quedó fuera
Threads fue lanzada en cien países y funciona, por el momento, y a diferencia de Twitter, sin avisos publicitarios. Esta podría ser, quizá, la principal amenaza para la empresa de Musk, ya que los ingresos centrales de Threads provienen de Meta.
Threads fue la aplicación gratuita más popular para Apple en Reino Unido y Estados Unidos. Aún no está disponible en la Unión Europea (UE), debido a temas de regulación que prohíben el cruce de datos recopilados desde diferentes aplicaciones.
Según develó Bloomberg, Meta quiere saber cómo serán regulados sus datos en la UE antes de lanzar su nuevo servicio y espera recibir más indicaciones sobre la Ley de Mercados Digitales de la UE, que regulariza la forma en la que las grandes redes en línea utilizan su poder de mercado.
No hay que olvidar que, en mayo, Irlanda impuso a Meta la mayor sanción europea por infracción de privacidad. Con una multa de 1.200 millones de euros, el país europeo en el que Meta tiene su sede, sancionó a la compañía por falta de garantías de seguridad para ciudadanos europeos en el traslado de sus datos a Estados Unidos.
¿Quién domina la tecnología se lleva todo?
Más allá de las controversias que se han despertado en el mundo de las redes sociales a partir del lanzamiento de Threads, resulta oportuno conectar estos hechos al esquema geopolítico general.
Hace no más de una semana, del 27 al 29 de junio, en la ciudad septentrional china de Tinjin, se congregaron representantes del mundo empresarial, gubernamental, de organizaciones internacionales y académico en el marco de la 14º Reunión Anual de Nuevos Campeones, o mejor conocida como el Foro de Davos de Verano.
Como parte de los temas más importantes del debate, como el análisis sobre la situación de la economía mundial, la acción por el clima, la transición energética y las tendencias de consumo en la era de la pospandemia, los principales representantes instaron a las empresas del mundo a “aumentar la inversión en campo de innovación de alta tecnología”, sobre todo en materia de inteligencia artificial, big data y nuevas energías, con el objetivo de “acelerar el proceso de digitalización global”.
Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, también llamado Foro de Davos, además de invocar la geopolítica y la tecnología como elementos fundamentales para los destinos del mundo, pidió esfuerzos globales para combatir la fragmentación y garantizar la gobernanza global.
No es menor que el lugar dónde se congregaron los representantes del capitalismo global haya sido el territorio de la potencia asiática, una de las principales líderes en materia científica y tecnológica. Más allá de las perspectivas que ven en China un neotecnonacionalismo, lo que se estaría avizorando son nuevos matices de la gobernanza global bajo iniciativa del proyecto estratégico chino, que ha logrado dar un salto y ganar ventajas competitivas por sobre la hegemonía occidental. La tensión continúa vigente.
El pasado 06 de Julio, Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, arribó a China a los fines de continuar las negociaciones entre ambas partes. Yellen dijo que estaba “particularmente preocupada” por las recientes medidas punitivas de Beijing, en la medida que prohibió a las entidades chinas involucradas en infraestructura crítica comprar semiconductores de Micron, el fabricante de chips de memoria con sede en Idaho, una medida que Washington vio como una represalia por los controles de exportación de Estados Unidos destinados a frustrar los esfuerzos chinos para obtener y desarrollar chips avanzados.
Ambas partes buscan estabilizar los lazos después de que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, y el presidente chino, Xi Jinping, acordaron en noviembre establecer un “piso” en la relación y garantizar que la competencia no se convirtiera en un conflicto.
Taiwán ha sido uno de los asuntos que ha generado mayores tensiones entre ambas potencias, tras la visita a la isla el año pasado de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La relación se deterioró aún más cuando un globo chino sobrevoló territorio norteamericano. Estados Unidos, además, ha impuesto restricciones a la exportación de tecnologías críticas a China, como microprocesadores, fundamentales para la inteligencia artificial y la robótica.
En definitiva, la tensión por el dominio tecnológico sigue vigente y la guerra tecno-digital entre las grandes superpotencias y sus corporaciones, no se detiene.
A nivel global el conflicto busca las negociaciones frente a la amenaza de fragmentación económica; pero también, al interior de cada proyecto estratégico, el conflicto por el dominio del factor tecnológico, resulta primero.
Por lo pronto, hoy estamos casi al borde de una “pelea en jaula” entre los principales representantes de la Nueva Aristocracia Financiera y Global, Elon Musk y Mark Zuckerberg. Más que una tragedia para la democracia, estas disputas terminan siendo una completa farsa.
Este artículo fue publicado por primera vez en Ámbito Financiero