Criptomonedas, geopolítica y un debate pendiente

Por Juan Ignacio Unrein

El bitcoin genera posiciones contrapuestas a nivel mundial, ante la posibilidad de un sistema monetario descentralizado. Desafío a la hegemonía del dólar y precauciones en China.

Las criptomonedas comienzan a tomar un papel central en el debate económico mundial, ya que mientras las infraestructuras de pagos tradicionales necesitan un intermediario para su funcionamiento, como lo son hoy los bancos centrales, estas criptodivisas –el bitcoin, por ejemplo– operan mediante una red descentralizada cuya confianza se basa en el código informático, el cual crea incentivos para que los usuarios se comporten de manera “responsable y eficiente”.

En los últimos años, el cambio tecnológico ha promovido la digitalización de numerosos aspectos del proceso productivo y comercial de la economía global. De igual manera, esto ha tenido un fuerte impacto en los sistemas de pagos tal como los conocemos, evidenciando la capacidad de las nuevas tecnologías para transformar los actuales mecanismos monetarios. En este sentido, la tecnología blockchain es una pieza central del proceso y que ha facilitado la aparición de las ya célebres monedas digitales.

La idea de un sistema monetario descentralizado es compleja, ya que daría fin al monopolio del poder de emitir dinero que poseen actualmente los Estados. Frente a ello, los gobiernos locales y subnacionales se ven obligados a pensar posibles caminos de cooperación y adaptación, creando ecosistemas de diálogo con el sector privado y con expertos de distintos ámbitos, y sin perder de vista los desafíos que representan las posibles implicancias de una descentralización de los sistemas monetarios en estructuras no convencionales.

Sin embargo, primero debemos comprender cómo se gesta la aparición de las criptomonedas, y para ello hay que hablar de la ya mencionada tecnología blockchain. La misma funciona mediante un registro compartido de todas las transacciones, estableciendo un método descentralizado de validación. Esta característica posibilitó el surgimiento de las criptomonedas, simplificando el intercambio digital de dinero entre usuarios de manera directa. Esto se realiza gracias a la denominada “minería”, donde cada operación de criptomonedas se efectúa mediante la resolución de problemas matemáticos. Por eso existen “mineros”: personas que alrededor de todo el mundo utilizan equipos informáticos preparados específicamente para resolver esas fórmulas que permiten la verificación de la transacción. El primer “minero” que resuelve un problema matemático es quien recibe una recompensa en moneda digital por su aporte al sistema.

El gobierno chino promueve el “yuan digital” para hacerle frente al avance de las cripto.

Los desarrollos en criptografía, junto con la mayor capacidad de transmisión y almacenamiento de datos, han permitido la aparición de las tecnologías de registros distribuidos (DLT, por sus siglas en inglés). Son bases de datos con múltiples copias idénticas distribuidas entre los participantes en la red, que se actualizan de manera coordinada y que permiten administrar y compartir datos de forma segura, así como guardar toda la información sin que esta pueda ser modificada indebidamente. Blockchain, el tipo más conocido de DLT, organiza la información por bloques. En pleno desarrollo y ebullición, se avanza en una nueva generación de blockchains que buscan resolver necesidades como la escalabilidad y la interoperabilidad. Es decir, que el sistema pueda tolerar su utilización de manera masiva y no sufrir problemas de velocidad y costos de transacciones, lo que vuelve a mostrar cómo dicha tecnología ha comenzado a expandirse en todo el mundo.

La idea de la descentralización de los sistemas monetarios hizo que varios países ya expresaran su preocupación por el avance de las criptomonedas, frente a las implicancias que supone en la capacidad de las naciones para ejercer su influencia en el comercio y las finanzas mundiales. En este sentido, la histórica hegemonía de los Estados Unidos ha posibilitado la imposición del dólar como divisa global. El control que a través de su moneda la Reserva Federal es capaz de imponer sobre la mayor parte del mundo resulta central para comprender la dinámica económica global. Luego de décadas de liderazgo casi absoluto de la divisa estadounidense, la estructura descentralizada de las “cripto” representa una amenaza.

Por otro lado, China también ha advertido sobre este “peligro” potencial. El gobierno de Xi Jinping comenzó a desplegar un conjunto de medidas de regulación y prohibición, lo cual golpeó fuertemente el precio del bitcoin hace unos meses. Esta situación deja paralizada la enorme capacidad de “minar” que hoy posee ese país, una plaza clave para las criptomonedas a nivel mundial, y condujo a que las grandes empresas de “minería” empezaran a irse de China, de donde se extraía alrededor del 60 % de los bitcoins hasta junio. El precio reaccionó al endurecimiento de la política en el gigante asiático con una caída a corto plazo, pero pronto mostró signos fuertes de recuperación y crecimiento de su valor.

Las explicaciones de Beijing sobre esta censura hacia el bitcoin radican en que al ser una moneda carente de regulaciones, las personas que inviertan en ella pueden estar sujetas a fuertes variaciones de precio, exponiéndose a perder sus ahorros. Un ejemplo claro ocurrió hace unos meses, cuando los tuits de Elon Musk llevaron al bitcoin a un auge y caída importante en poco tiempo.

En este contexto, el gobierno chino comenzó a promover la utilización del “yuan digital”, con el cual planea crear una divisa digital propia para hacerle frente al avance de las cripto descentralizadas, y al mismo tiempo aumentar su competencia contra el dólar, con el objetivo de consolidar su nuevo papel en la economía mundial y la posible imposición de su criptomoneda como futura divisa para las transacciones globales.

Según el Banco Popular de China, el comercio en moneda virtual puede perturbar el orden económico y financiero, generando riesgos a los ahorros y permitiendo operaciones internacionales de carácter ilegal. Varias agencias de crédito y empresas del país fueron advertidas en los últimos meses por haber prestado servicios de transacción y especulación en estas divisas.

La persecución contra las monedas digitales se intensifica cada vez más en el país asiático, pero no es el único lugar donde los funcionarios tienen opiniones negativas o contrapuestas sobre el tema. El expresidente Donald Trump, por ejemplo, ha hecho declaraciones en las cuales pronostica que las cripto serán un “desastre inminente”. También existen posiciones más centradas en la regulación, como es el caso del presidente de la Comisión de la Bolsa y Valores de los Estados Unidos, Gary Gensler, quien ha señalado en una entrevista al Financial Times que si las criptomonedas pretenden sobrevivir deberán funcionar bajo un marco de regulación y política pública.

Claro está que las declaraciones de las autoridades tanto chinas como estadounidenses, y sus posturas para con el bitcoin y el resto de las criptomonedas descentralizadas, deben enmarcarse en la discusión sobre el desafío que representan para los Estados, quienes monopolizan la emisión de moneda a nivel mundial. En nuestro país debemos analizar la problemática para que no produzca mayores distorsiones en una economía ya distorsionada por la importancia histórica del dólar.

Este artículo fue publicado por primera vez en Contraeditorial

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